Historia de corrupción en gobiernos del PLD ensombrece su lucha por el poder

La nueva cúpula del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) trata desesperadamente confundir a los ciudadanos alzándose como salvadores del país ante cada reflejo de crisis de las que fueron sus creadores y responsables dirwctos, o bien le dieron la espalda a la gente, mientras dominaba una tendencia al despilfarre y la acumulación de riquezas por medio de la corrupción.

Esa corrupción penetró todos los espacios de la administración pública y las instituciones del Estado cuando los peledeístas se encumbraron en el poder, asegurándose seguido el control del congreso, los municipios, el tribunal electoral, el poder judicial, el tribunal constitucional y la Suprema Corte de Justicia.

Con todo esto a mano, la impunidad estaba asegurada y así resultó hasta el final de sus mandatos en 2020, cuando a la llegada al poder del Partido Revolucionario Moderno se emprendió una campaña abierta contra la corrupción que ha llevado a decenas de figuras del PLD a los tribunales, bajo fuertes cargos por robo al dinero público y bienes patrimoniales en general.

Esta concentración de todos los poderes fue lo que permitió la permanencia del PLD en el poder, a controlar todas las capas de la administración pública, que le permitió la impunidad en los casos de corrupción.

Durante sus años de oposición, al PLD le resultó cómodo su discurso contra la corrupción, la prevaricación, las prebendas y el clientelismo, pero tan pronto tomó el poder y lo mantuvo durante 20 años, hasta su último mandato en 2020, ese partido aprendió a mantener un electorado cautivo mediante nóminas supernumerarias y subvenciones estatales de carácter populista.

Toda la prédica de decencia y honradez predicada por el PLD, alzando como bandera la doctrina moralista de su maestro y líder, el profesor Juan Bosch, quienes no solo decidieron abandonar a Bosch, sino que abrasaron lo peor del Balaguerismo, y sus lideres decidieron tomar un camino diferente por lo que muchos están hoy desesperados y dispuestos a desestabilizar al país, por todos los medios posibles, encomendándole esta misión al nuevo actor y principal jugador de sus planes perversos, el candidato de su organización Abel Martínez, quien al verse cerca de una condena y la posible pérdida de sus patrimonios fraudulentos.

Luchando contra ese pasado y la vergüenza de su gente más cercada, en gestión pública o con responsabilidades partidarias, el PLD no puede liberarse de la historia de sus gobiernos que practicaron el derroche público, el gasto corriente en base al populismo, el clientelismo y la corrupción.

Mientras muchos pasaron de la nada a la opulencia, el lujo y la bonanza, la mayoría de la población quedó atrapada en la misma o en la peor de las pobrezas, con falta empleos, bajos salarios y una concentración de la actividad productiva en la capital, perjudicando al resto del país.

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